17 de junio de 2025 – Bogotá – EFE.
El senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay continúa en estado crítico diez días después de haber sido gravemente herido por un disparo en la cabeza. Su lucha por sobrevivir se ha convertido en un símbolo de resistencia contra la violencia política en Colombia. La preocupación por su salud es profunda, especialmente tras las recientes complicaciones que ha sufrido.
Su tío, el exsenador Julio César Turbay Quintero, expresó a la prensa la esperanza de que Miguel recupere su salud y pueda regresar a la vida normal. Uribe Turbay permanece internado en la Fundación Santa Fe de Bogotá desde el día del atentado, el 7 de junio. Su situación se agravó tras una cirugía de emergencia debido a un sangrado intracerebral, lo que hizo que su estado pasara de “crítico” a “extremadamente crítico”.
El último informe médico mantiene la gravedad de su condición, aunque con un pronóstico reservado. A pesar de ello, sus familiares y seguidores mantienen la fe en su recuperación. Cada día, decenas de personas se reúnen en las puertas del hospital para orar por su salud, demostrando un apoyo constante y emocional hacia el senador y su familia.
Frente al centro médico se ha instalado un altar improvisado con una bandera de Colombia y mensajes de aliento como “¡No más violencia!” y “¡Fuerza, Miguel!”. Allí se congregan personas de todos los ámbitos, desde amas de casa hasta militares, que rezan y encienden velas con la esperanza de un milagro que permita su sanación completa.
Entre quienes acuden a este lugar está William Rojas, un joven que viajó desde Antioquia para apoyar con oraciones y ayuno, aunque no conoce personalmente al senador. Rojas confía en que Miguel Uribe Turbay fue escogido para una misión especial y pide, además de su recuperación, la conversión del joven agresor que le disparó durante un acto político.
Las autoridades han detenido a tres personas vinculadas con el ataque, incluyendo al joven agresor de 15 años y a dos presuntos cómplices. Estos últimos, Carlos Eduardo Mora González y Katerine Andrea Martínez, enfrentan prisión preventiva mientras continúan las investigaciones para identificar a los responsables intelectuales del atentado, un caso que ha generado gran conmoción en Colombia.
