3 de octubre de 2025 – Nueva York – EFE.
El rapero Sean Combs, conocido artísticamente como Diddy, fue sentenciado este viernes en Nueva York a 50 meses de prisión, lo que equivale a unos cuatro años y dos meses, además de una multa de 500,000 dólares. Esta condena se dictó por dos cargos relacionados con el transporte de personas con fines de prostitución.
Es importante destacar que, el pasado mes de julio, Combs había sido absuelto de las acusaciones más graves en su contra, que incluían crimen organizado y tráfico sexual, delitos que de haberse comprobado, podrían haberle valido una cadena perpetua. Al escuchar el veredicto, que también contempla cinco años de libertad supervisada, el artista de 55 años mostró muy poca reacción, manteniendo la cabeza baja e impasible mientras el juez federal Arun Subramanian ofrecía la justificación de su fallo.
El magistrado, al fundamentar la sentencia, explicó que si bien reconocía la influencia de Combs y su estatus como un “artista hecho a sí mismo” con un impacto significativo en la comunidad afroamericana, no podía ignorarse la evidencia de que utilizó su posición de poder para abusar “física y psicológicamente” de varias mujeres. Subramanian especificó que gran parte de la violencia física ejercida por Combs contra sus exnovias, la cantante Cassie Ventura y una testigo identificada solo como Jane, estaba intrínsecamente ligada a los “freak offs” o maratones sexuales que él organizaba, involucrando a prostitutos y a sus entonces parejas.
El juez enfatizó ante Combs la gravedad de la documentación presentada, refiriéndose a los testimonios, las “imágenes de hematomas y otras heridas”, e incluso mencionando el video que lo muestra agrediendo brutalmente a Ventura. Por esta razón, la pena impuesta debía ser acorde a la “gravedad” de los delitos cometidos y al impacto devastador que tuvieron en las víctimas, especialmente en Ventura y Jane, quienes llegaron a considerar el suicidio. Además, Subramanian resaltó que la promesa de cambio de Combs carecía de credibilidad, dado que el músico continuó maltratando a Jane y participando en los “freak offs” incluso después de que Ventura lo demandara civilmente y el gobierno iniciara la investigación que condujo a su imputación por tráfico sexual y otros cargos.
Antes de que se hiciera pública la sentencia, Combs se dirigió a la corte, y con largas pausas para respirar, ofreció una disculpa a Cassie Ventura y a Jane “por cualquier daño emocional o físico” que les hubiera causado. También extendió sus disculpas a su familia, presente en la audiencia, y a “todas las víctimas de violencia de género” que presenciaron el video viral de la agresión a Ventura en un hotel. En su intervención, Combs admitió que sus acciones fueron “horribles y vergonzosas”, atribuyendo su comportamiento a una “enfermedad por las drogas” y a la falta de búsqueda de ayuda, aunque reconoció que esto no era una excusa, ya que sabía que “podía hacerlo mejor”, gracias a las enseñanzas de su madre y su fe.
El artista lamentó que sus actos lo llevaran a perder su libertad, su negocio, la posibilidad de educar a sus hijos y su reputación, pero, sobre todo, el “respeto” por sí mismo. En un momento emotivo, con lágrimas en los ojos y mirando a sus allegados, el rapero dijo: “Ahora mismo, me odio. Pido perdón a mis siete hijos y a mi madre. Ellos se merecen algo mejor”. La pena final es más severa que los 14 meses que solicitaban sus abogados, aunque se le descontará el año que ya ha pasado en un centro penal de Nueva York. El juez concluyó la audiencia asegurándole a él y a su familia que “van a superar esto” y que “hay luz al final del túnel”, no sin antes ordenar la confiscación de los bienes que “se utilizaron para facilitar” los delitos de transporte para la prostitución.