5 de agosto de 2025 – Los Ángeles (EE.UU.) – EFE.
Un devastador incendio se ha desatado en el sur de California, abarcando los condados de San Luis Obispo y Santa Bárbara, y representa una amenaza inminente para cientos de hogares. Las autoridades han emitido órdenes de evacuación obligatoria para los residentes de las zonas afectadas. Hasta el momento, el siniestro ha dejado a tres personas heridas, según los informes del Servicio Forestal de los Estados Unidos.
El incendio, conocido como Gifford, se originó el 1 de agosto cuando cuatro focos separados se unieron en el Bosque Nacional de Los Padres. Rápidamente, el fuego se expandió hasta convertirse en el segundo más grande del año en el estado. El más grande, el incendio Madre, que ocurrió el mes pasado, consumió casi 80,800 acres, una cifra que el incendio Gifford se está acercando a alcanzar con rapidez.
Actualmente, el fuego sigue fuera de control, habiendo arrasado aproximadamente 72,500 acres de terreno. Los esfuerzos para sofocarlo han tenido un éxito limitado, ya que el Departamento de Bomberos de California ha logrado contener solo el 7% del incendio. Las causas que originaron este desastre aún están bajo investigación, lo que añade incertidumbre a la situación.
Las autoridades tienen planes de intensificar la lucha contra el fuego. Según un informe reciente, se espera que los esfuerzos se refuercen con el uso de más recursos aéreos, incluyendo helicópteros adicionales, para combatir las llamas desde el aire a partir del martes. Esta estrategia es crucial para intentar ganar control sobre la situación antes de que se agrave aún más.
En cuanto a los heridos, los reportes de medios nacionales detallan las circunstancias. Un automovilista sufrió quemaduras al ser alcanzado por el fuego cuando salía de su vehículo. Los otros dos heridos son empleados que colaboraban con los bomberos en las labores de contención, quienes resultaron lesionados cuando el vehículo en el que viajaban se volcó.
La situación climática no es favorable, ya que se espera que el patrón de calentamiento y sequía persista en la región. Las autoridades prevén que las temperaturas aumenten a partir del miércoles, con el jueves y el viernes siendo días particularmente críticos. Durante estos días, se esperan temperaturas extremas, que oscilarán entre los 32 y 38 grados Celsius, lo que podría avivar aún más las llamas y complicar las labores de extinción.
