29 de abril de 2025 – Ciudad de México – EFE.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que el país entregará agua a Estados Unidos únicamente en la medida de lo posible, como parte del acuerdo alcanzado recientemente para resolver la controversia sobre el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944. Aseguró que se revisó cuánta agua estaba disponible en las presas y, con base en ello, se definió la cantidad que se puede enviar sin poner en riesgo los recursos del país.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum explicó que primero debe garantizarse el acceso al agua para los mexicanos, tanto en términos de uso humano como agrícola. En ese sentido, subrayó que su prioridad es proteger el derecho al agua dentro del país, por encima de cualquier presión internacional, incluida la amenaza de sanciones por parte del presidente de EE.UU., Donald Trump.
El acuerdo fue posible gracias a las lluvias recientes en Tamaulipas, que aumentaron el nivel de las presas, lo que permitió entregar una cantidad de agua razonable sin comprometer las necesidades internas. Según la presidenta, se trató de un pacto que respeta los límites técnicos y ambientales, acompañado del compromiso de realizar una revisión anual del tratado.
Además, Sheinbaum indicó que su gobierno está implementando mejoras en el sistema de riego en los estados fronterizos de Chihuahua, Sonora y Coahuila. Estas medidas buscan optimizar el uso del agua en el largo plazo, lo que también facilitará cumplir con las obligaciones del tratado sin afectar a las comunidades locales.
La mandataria insistió en que las dificultades para cumplir con el tratado no han sido por falta de voluntad política, sino por condiciones climáticas adversas como la sequía. Explicó que, tras semanas de análisis y diálogo, se encontró una fórmula que permite cumplir con la entrega de agua pactada, sin comprometer el abasto nacional.
El Tratado de Aguas de 1944 obliga a México a entregar a Estados Unidos un promedio de 2.160 millones de metros cúbicos de agua cada cinco años, mientras que México recibe una cantidad mucho mayor. A pesar de los desafíos, ambos países han coincidido en que el tratado sigue siendo beneficioso y no requiere una renegociación.