2 de abril de 2025 – Washington – EFE.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva con la que busca suspender el financiamiento federal que reciben la radio pública NPR y la cadena televisiva PBS, acusándolas de tener un sesgo ideológico hacia la izquierda. Esta decisión forma parte de una crítica prolongada del mandatario hacia ambos medios, a los que considera poco imparciales en su cobertura.
En el texto del decreto, Trump argumenta que ni NPR ni PBS ofrecen a los contribuyentes una representación justa ni objetiva de los hechos actuales. Según el presidente, esta falta de imparcialidad justifica la decisión de eliminar el respaldo económico que reciben del gobierno federal.
La orden ejecutiva instruye específicamente a la Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB) a reducir al mínimo legal los fondos asignados actualmente a NPR y PBS, además de prohibir cualquier tipo de financiación futura destinada a estas dos organizaciones. Esta medida podría impactar considerablemente sus operaciones.
Sin embargo, el financiamiento de estas entidades depende en última instancia del Congreso, lo que abre la posibilidad a desafíos legales. Algunas órdenes ejecutivas previas de Trump han sido impugnadas en los tribunales, por lo que esta podría seguir el mismo camino si se considera que excede su autoridad.
La CPB, creada por el Congreso en 1967, canaliza los fondos federales a medios públicos y tiene asignado un presupuesto de 535 millones de dólares para el presente año fiscal. Aunque NPR solo depende en un pequeño porcentaje de este financiamiento, muchas de sus emisoras afiliadas reciben hasta un 10 % de su presupuesto de estos fondos. PBS y sus estaciones asociadas también dependen en parte de estos recursos, representando aproximadamente un 15 % de su financiación.
Mientras tanto, tanto NPR como PBS han respondido defendiendo su labor. NPR subrayó que sus decisiones editoriales se toman de forma independiente y sin injerencias externas. Esta no es la primera vez que Trump arremete contra medios públicos; en marzo ya había ordenado el cierre de la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales, lo que provocó la suspensión de actividades en Voz de América y el despido de más de 1.300 empleados, muchos de los cuales aún se encuentran en procesos legales.
