10 de junio de 2025 – Salud – Agencias.
Los perfumes y lociones no solo alteran el aroma corporal, sino que también interfieren con la química del aire que rodea a las personas, afectando un proceso natural crucial que ayuda a protegernos de la contaminación. Así lo señala un estudio publicado en *Science Advances*, realizado por un equipo internacional de investigadores que incluye científicos de Penn State.
Este estudio revela que los productos de cuidado personal —incluidos perfumes y lociones sin fragancia— modifican la composición química del “campo de oxidación humano”, una capa de aire invisible que rodea nuestra piel y zona de respiración. Esta capa se forma gracias a la interacción entre el ozono del aire y los aceites naturales de la piel, lo que genera radicales hidroxilo (OH) que actúan como una barrera química protectora contra contaminantes.
Los investigadores explican que nuestro cuerpo, al ser una fuente constante de calor, genera reacciones químicas en el aire cercano. La piel absorbe ozono, lo cual puede ser beneficioso ya que reduce la cantidad que inhalamos. Sin embargo, estas reacciones también liberan subproductos químicos cuya influencia en la salud aún no se comprende completamente, pero se están estudiando activamente.
Dado que las personas pasan hasta un 90 % de su tiempo en interiores, la calidad del aire dentro de los espacios cerrados es esencial. En este contexto, los científicos realizaron experimentos en cámaras controladas con ozono, midiendo primero el campo de oxidación sin productos aplicados y luego repitiendo las pruebas tras aplicar loción sin fragancia o un perfume popular.
Los resultados mostraron que estos productos interrumpen significativamente el campo de oxidación natural. La loción sin fragancia, por ejemplo, aumentó en un 170 % la reactividad de los radicales OH, pero redujo su concentración en un 140 %, debilitando así la barrera protectora natural. Esto ocurre porque los radicales se dispersan en el aire en lugar de mantenerse alrededor del cuerpo.
Por último, se observó que los efectos del perfume se disipan más rápidamente que los de la loción. Aunque el perfume tiene un impacto inicial más fuerte, sus compuestos volátiles como el etanol se evaporan más rápido. En cambio, las lociones presentan efectos más duraderos, lo que refleja una emisión más prolongada de compuestos orgánicos desde la piel. Esta investigación destaca cómo productos aparentemente inofensivos pueden alterar procesos naturales importantes para nuestra protección ambiental.
