17 de diciembre de 2025 – Salud – Agencias.
Imágenes cerebrales de treinta mil personas han revelado que los alimentos ultraprocesados están asociados con diferencias estructurales en el cerebro que podrían fomentar el comer en exceso. El estudio sugiere que ciertos aditivos, como los emulsionantes, podrían influir en estos efectos negativos. Aunque algunos alimentos procesados son beneficiosos, los productos ultraprocesados representan un riesgo claro para la salud neurológica y el control del apetito.
Un equipo internacional de investigadores examinó escaneos cerebrales de una vasta población y descubrió vínculos notables entre el consumo frecuente de estos productos y alteraciones en la estructura cerebral. Estas diferencias estructurales pueden contribuir a patrones de alimentación excesiva y dificultar que las personas regulen sus hábitos alimenticios. Los hallazgos sugieren que una mayor ingesta de estos alimentos se asocia directamente con cambios físicos en el cerebro humano.
Según los investigadores de la Universidad de Helsinki, estas asociaciones podrían estar vinculadas a patrones de comportamiento específicos, aunque todavía no se pueden confirmar relaciones causales definitivas. Es importante destacar que las asociaciones observadas no se explican únicamente por la inflamación o la obesidad. Los ingredientes y aditivos típicos de los ultraprocesados, como los emulsionantes, podrían desempeñar un papel fundamental que requiere más evidencia experimental a largo plazo.
Es necesario entender la diferencia entre los distintos tipos de procesamiento de alimentos, ya que muchos productos procesados son seguros e incluso recomendables. Por ejemplo, los alimentos de origen vegetal como las verduras congeladas son beneficiosos, al igual que la pasteurización de la leche. En contraste, los productos con un alto contenido de ingredientes modificados químicamente, como los productos cárnicos procesados, resultan problemáticos para el organismo.
La acumulación de evidencia científica sobre este tema podría ayudar a guiar elecciones alimenticias más saludables e influir en futuras políticas públicas. Los expertos sostienen que reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados y fortalecer los estándares regulatorios en la fabricación de comida son pasos cruciales. Estas medidas podrían asegurar mejores resultados de salud pública y proteger el bienestar de la población a nivel mundial.
Este análisis se basó en datos de una cohorte de adultos de mediana edad en el Reino Unido, utilizando una base de datos masiva conocida como UK Biobank. El proyecto fue un esfuerzo de colaboración entre especialistas en neurociencia, salud pública y nutrición de varias universidades internacionales de prestigio. El objetivo compartido fue comprender mejor cómo las dietas modernas influyen en el cerebro y en la salud integral del ser humano.
































