7 de mayo de 2025 – Ciudad Juárez (México) – EFE.
A pesar de la reciente disminución del flujo migratorio en la frontera entre México y Estados Unidos, se ha observado un aumento en la instalación de barricadas de púas en la línea divisoria, especialmente cerca del río Bravo. Esta medida, implementada por la Guardia Nacional de Texas, ha generado preocupación, ya que se considera un riesgo para los migrantes que intentan cruzar la frontera.
La instalación de estas barricadas es una acción respaldada por una orden ejecutiva del gobierno de Donald Trump, que había declarado la zona fronteriza como un área de carácter militar. Las organizaciones de derechos humanos y activistas mexicanos han expresado su alarma ante el endurecimiento de las políticas de seguridad, señalando que esta militarización podría agravar la vulnerabilidad de los migrantes.
El pastor Juan Fierro García, director del albergue Buen Samaritano en Ciudad Juárez, subrayó las consecuencias negativas de esta militarización. Señaló que la creciente presencia de la Patrulla Fronteriza, junto con las fuerzas militares de EE. UU. y México, está incrementando los obstáculos para los migrantes, lo que los lleva a tomar rutas más peligrosas. Esto, según él, está exponiendo a las personas a un mayor riesgo, ya que muchos recurren a traficantes de personas, conocidos como “coyotes”, para cruzar la frontera.
Fierro también destacó que los migrantes, al no estar familiarizados con las nuevas normativas y el endurecimiento de la frontera, podrían enfrentar consecuencias legales graves. Muchos de ellos no saben que al cruzar una zona militarizada podrían ser arrestados y enfrentarse a juicios o penas de prisión. Además, la situación es aún más difícil para aquellos que simplemente buscan una vida mejor o que intentan enviar dinero a sus familias.
El pastor explicó que esta realidad está empujando a muchos migrantes a desplazarse hacia otras zonas fronterizas, lo que también beneficia a los traficantes de personas. Según su experiencia, la presión y los nuevos obstáculos han llevado a que las redes de tráfico de personas operen en áreas más alejadas, lo que podría agravar aún más la situación en diferentes regiones del país.
Fierro concluyó advirtiendo que la estrategia de seguridad implementada por México, que incluye el despliegue de 10,000 agentes de la Guardia Nacional en la frontera norte, no solo está afectando a los migrantes, sino que también está creando complicaciones adicionales para México. El endurecimiento de las políticas migratorias y el aumento de la militarización podrían tener repercusiones a largo plazo en la situación de los migrantes y en las dinámicas fronterizas del país.