26 de agosto de 2025 – Salud – Agencias.
Las aplicaciones de meditación han demostrado ser eficaces para reducir la presión arterial, disminuir los pensamientos negativos repetitivos e incluso influir en la expresión de genes relacionados con la inflamación. Hoy en día, existen miles de estas herramientas digitales, con las 10 principales superando los 300 millones de descargas. Los estudios iniciales sugieren que su uso, incluso a corto plazo, puede reducir la depresión, la ansiedad y el estrés, y mejorar el insomnio.
J. David Creswell, psicólogo de la salud de la Universidad Carnegie Mellon y autor principal de un artículo sobre el tema, destaca que estas aplicaciones han ganado una enorme popularidad y están abriendo nuevas oportunidades y desafíos científicos. Un beneficio clave es la accesibilidad que ofrecen, permitiendo a personas en áreas remotas o con horarios ocupados acceder a la meditación en cualquier momento.
Las aplicaciones de meditación también brindan a los científicos la oportunidad de ampliar sus investigaciones. En lugar de estudiar a un pequeño grupo de pacientes en un laboratorio, ahora pueden aprovechar la capacidad de estas herramientas y los sensores de salud de los dispositivos móviles para analizar a miles de personas en todo el mundo y estudiar el impacto de la meditación en problemas como el dolor crónico.
Estas aplicaciones están transformando la forma en que la meditación llega al público, dominando el 96% del mercado de aplicaciones de salud mental. Creswell señala que su artículo es el primero en reconocer este cambio y desafiar a investigadores y desarrolladores a considerar el impacto transformador de estas herramientas y su amplio alcance.
Las aplicaciones de meditación suelen comenzar con dosis de entrenamiento pequeñas, como sesiones de 10 a 21 minutos, tres veces por semana, lo cual es suficiente para producir beneficios medibles. Este formato flexible es especialmente atractivo para personas con agendas apretadas, ya que les permite practicar la meditación de forma conveniente, sin necesidad de asistir a clases en horarios fijos.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos es la falta de compromiso a largo plazo. Creswell menciona que el 95% de los usuarios que descargan una aplicación de meditación la abandonan en 30 días. A pesar de esto, él cree que el potencial de estas herramientas es inmenso para ayudar a las personas que sufren de estrés y soledad, aunque no reemplazarán por completo la experiencia de un grupo de meditación presencial.