2 de septiembre de 2025 – Miami (EE.UU.) – EFE.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha propuesto la construcción de un nuevo centro de detención para migrantes, al que ha llamado ‘Panhandle Pokey’. Esta propuesta surge después de que una orden judicial obligara a desmantelar otro centro conocido como ‘Alligator Alcatraz’, el cual debe cerrar a más tardar en octubre.
DeSantis justificó la necesidad del nuevo centro argumentando que en el estado hay alrededor de 70,000 migrantes con órdenes de deportación ya emitidas. El nombre ‘Panhandle Pokey’ es una mezcla de “Panhandle”, la región noroeste de Florida, y “pokey”, una palabra coloquial para referirse a la cárcel.
Este nuevo centro se sumaría al ‘Deportation Depot’, otro centro de detención anunciado por DeSantis en agosto que se ubicará en una antigua cárcel con capacidad para entre 1,000 y 1,500 personas. El gobernador republicano afirmó que, con la apertura de ‘Panhandle Pokey’, la misión de su administración de gestionar la inmigración continuará.
El anuncio de DeSantis llega dos semanas después de que la jueza Kathleen Williams, del Distrito Sur de Florida, emitiera una orden para cerrar ‘Alligator Alcatraz’ en un plazo de 60 días, como respuesta a una demanda de grupos ambientalistas. El centro, que abrió en julio, se había convertido en un símbolo de la política migratoria del presidente Donald Trump.
A pesar del fallo, DeSantis expresó su confianza en que su apelación judicial será exitosa. Sin embargo, un director estatal de manejo de emergencias ha indicado que ‘Alligator Alcatraz’, ubicado en el humedal de Los Everglades, “pronto tendrá cero detenidos”. El gobernador lamentó la decisión judicial, pero aseguró que el centro sigue operando y que las deportaciones continúan.
DeSantis sostuvo que la situación migratoria en Florida demanda la creación de más centros de detención, pues el Departamento de Seguridad Nacional no tendrá suficiente espacio si la orden judicial para cerrar ‘Alligator Alcatraz’ se mantiene. La cifra de personas bajo custodia de inmigración en el país se ha duplicado bajo la Administración de Trump, alcanzando 61,226 detenidos en agosto.