23 de diciembre de 2025 – Roma – EFE.
El sumo pontífice expresó este martes un profundo sentimiento de melancolía ante la noticia de que el gobierno ruso declinó la propuesta de establecer un cese al fuego temporal. En sus declaraciones, hizo un llamado urgente a todas las naciones involucradas en conflictos bélicos para que detengan las hostilidades durante al menos una jornada completa. Su petición se centra en lograr que el mundo experimente un respiro de tranquilidad coincidiendo con la celebración del nacimiento de Cristo.
Desde su lugar de descanso en Castel Gandolfo, el líder de la iglesia católica compartió su desilusión ante la negativa de Moscú para pausar las operaciones militares en estas fechas tan significativas. El papa instó a los ciudadanos y líderes que poseen buenas intenciones a que demuestren respeto por la festividad religiosa mediante la suspensión de los ataques. Para el pontífice, honrar el nacimiento del Salvador requiere necesariamente un compromiso con la concordia y el fin de la violencia armada.
La esperanza del obispo de Roma es que su mensaje sea escuchado a nivel global para alcanzar al menos veinticuatro horas de calma total en cada rincón del planeta. Su deseo de un día sin enfrentamientos busca ofrecer un alivio humanitario y espiritual a quienes padecen las consecuencias de la guerra. Esta solicitud pública busca movilizar la conciencia internacional sobre la importancia de priorizar la vida humana sobre los intereses de los conflictos territoriales o políticos.
Respecto a la delicada situación que se vive actualmente en la región de Gaza, el papa mencionó la importancia de los vínculos mantenidos con la pequeña comunidad católica local. Comentó que ha estado en comunicación directa con los encargados de la parroquia de la Santísima Trinidad para conocer su realidad de primera mano. A través de estos contactos, ha podido dar seguimiento a los esfuerzos por mantener la fe y la organización social en medio de un entorno sumamente volátil y peligroso.
A pesar de que el escenario en la zona es extremadamente frágil y carece de las condiciones básicas de seguridad, el clero local está haciendo lo posible por conmemorar las tradiciones navideñas. El pontífice manifestó su anhelo de que los acuerdos orientados a la estabilidad puedan sostenerse en el tiempo para proteger a los civiles. La resiliencia de las comunidades en medio de la precariedad es un tema que ocupa gran parte de sus pensamientos y oraciones durante este cierre de año.
Finalmente, se hicieron eco las observaciones de las autoridades eclesiásticas que visitaron recientemente la zona de conflicto, quienes subrayaron la magnitud de la devastación material y social. Se reporta que la infraestructura esencial como viviendas, centros educativos y médicos requiere de una intervención urgente para ser restaurada. Pese a vivir en condiciones de extrema necesidad y abandono, los habitantes locales mantienen firme su deseo de reconstruir su existencia y superar la crisis humanitaria actual.
































