13 de agosto de 2025 – Bogotá – EFE.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que él y su gabinete no estuvieron presentes en el funeral del senador Miguel Uribe Turbay, quien falleció el lunes. La decisión se tomó a raíz de una petición directa de la familia del político. Petro afirmó que, aunque no era su deseo faltar, decidió respetar la voluntad de la familia para evitar que el evento se convirtiera en un escenario de confrontación política.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, confirmó los detalles de la situación. Mencionó que se comunicó con los familiares de Uribe Turbay y les transmitió la intención del presidente Petro de asistir al velorio en el Congreso. No obstante, los allegados del fallecido le pidieron que no se hicieran presentes. Benedetti, quien fue amigo cercano del senador, señaló que consideraron que era mejor para todos que los representantes del gobierno no asistieran.
Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez, quien inicialmente había confirmado su asistencia al funeral, también decidió no ir. En una publicación, explicó que su decisión se basó en el respeto profundo por los deseos de la familia. Al enterarse de que los familiares no querían la presencia de miembros del Gobierno en el momento de su duelo, optó por no asistir, mostrando su coherencia con esa decisión.
La ausencia del Gobierno en el funeral contrasta con la asistencia de varios expresidentes de la República. César Gaviria, Ernesto Samper y Juan Manuel Santos sí se hicieron presentes para darle el último adiós a Uribe Turbay. Este gesto de los exmandatarios resalta la diferencia en la respuesta al duelo de la familia del político.
La muerte de Uribe Turbay, a los 39 años, se produjo después de permanecer dos meses hospitalizado en estado crítico, como resultado de las graves heridas que sufrió durante un atentado. Su fallecimiento ha marcado un momento de luto en el panorama político colombiano, y el manejo de su funeral refleja las tensiones existentes en el país.
El respeto a la solicitud de la familia por parte del Gobierno demuestra una postura para evitar mayores conflictos en un momento de gran sensibilidad. A pesar de las diferencias políticas, las autoridades optaron por priorizar el luto de los familiares, optando por no asistir.