15 de mayo de 2025 – Washington – EFE.
La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, informó este jueves que se ha abierto una investigación contra el exdirector del FBI, James Comey, por una publicación en Instagram que podría ser interpretada como una amenaza hacia el expresidente Donald Trump. La publicación generó preocupación en círculos políticos y llevó a que tanto el Departamento de Seguridad Nacional como el Servicio Secreto tomaran cartas en el asunto.
Noem afirmó en la red social X que Comey había “pedido el asesinato del presidente Trump” y aseguró que las agencias competentes están investigando el asunto con seriedad. Su acusación se basa en una fotografía compartida por Comey en su cuenta de Instagram, en la que se ve una formación de conchas en la arena que representan el número “8647”.
El mensaje que acompañaba la imagen decía simplemente: “Curiosa formación de conchas durante mi paseo por la playa”. Sin embargo, algunos usuarios y comentaristas políticos interpretaron los números como un mensaje cifrado: el “86” como una expresión que en inglés coloquial puede significar “eliminar”, y el “47” en alusión a Trump, quien busca convertirse en el presidente número 47 de Estados Unidos.
Ante la controversia, Comey emitió un comunicado en el que reconoció haber pensado que la publicación podía tener una lectura política, aunque negó saber que esos números podían asociarse con violencia. Aclaró que no fue su intención promover ningún tipo de agresión y que, por precaución, decidió eliminar la publicación.
La publicación no pasó desapercibida entre los aliados de Trump. Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional, fue una de las voces más críticas y afirmó que Comey “debe acabar en prisión” por lo que considera un mensaje velado de incitación al asesinato. El incidente ha alimentado la tensión política en medio de un contexto ya polarizado.
James Comey, republicano designado por el expresidente Barack Obama, fue destituido por Donald Trump en 2017, en medio de la polémica por su papel en la investigación de la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Su despido causó un gran revuelo político y desde entonces ha sido una figura divisiva en la política estadounidense.