16 de mayo de 2025 – Nueva York – EFE.
Los New York Knicks avanzaron a su primera final de la Conferencia Este en 25 años tras vencer con contundencia a los Boston Celtics 119-81 y eliminar a los campeones defensores por 4-2 en la serie. Ahora se enfrentarán a los Indiana Pacers con ventaja de localía, en un duelo cargado de historia, ya que los Pacers eliminaron a los Knicks el año pasado, y también fueron sus verdugos en las finales de conferencia del 2000.
Esta clasificación es un hito para una franquicia que no llegaba tan lejos desde 1999, cuando logró acceder a las Finales de la NBA tras superar también a Indiana. Antes de eso, sus únicos títulos datan de las temporadas 1970 y 1973. Por eso, el ambiente en el Madison Square Garden fue eléctrico, con una afición volcada en apoyo total a un equipo que vuelve a despertar ilusiones.
El partido fue una exhibición de los Knicks en ambos lados de la cancha. Jalen Brunson lideró el ataque con 23 puntos, mientras OG Anunoby fue clave tanto en defensa como en ofensiva. Josh Hart logró un histórico triple-doble, el primero en postemporada para un jugador de los Knicks desde 1972. Mikal Bridges y Karl-Anthony Towns también brillaron, y el equipo logró su mayor victoria en un partido de ‘playoff’ con una diferencia de 38 puntos.
Los Celtics, mermados por la lesión de Jayson Tatum, fueron incapaces de reaccionar. Jaylen Brown, pese a sus esfuerzos, estuvo errático y cometió siete pérdidas de balón antes de ser eliminado por faltas. El resto del equipo, incluidos White, Holiday y Porzingis, tuvo una noche desastrosa en los tiros y el rebote, con cifras muy por debajo de lo esperado para un conjunto de su calibre.
El inicio del partido mostró desde el principio la intensidad de los Knicks, que frenaron a Boston durante los primeros minutos. Aunque les costó anotar al principio, jugadores como Towns y Bridges marcaron la pauta. Boston, por su parte, dependía en exceso de Brown, sin apoyo de sus compañeros, y con una efectividad muy baja en los triples.
El segundo cuarto fue demoledor: un parcial de 38-17 dejó prácticamente sentenciado el duelo antes del descanso. Nueva York dominó en todos los aspectos del juego, con un alto porcentaje de tiro, gran trabajo defensivo y control del rebote. Con una ventaja de 27 puntos al medio tiempo, la segunda mitad solo confirmó el dominio total de unos Knicks que ahora se ilusionan con llegar a lo más alto de la NBA.
