19 de febrero de 2025 – Nueva York – EFE.
El rapero Sean ‘Diddy’ Combs solicitó a un juez que desestime uno de los cargos en su contra en el caso por tráfico sexual, alegando que la acusación tiene motivaciones racistas. Según sus abogados, este caso es sin precedentes, destacando que no hay acusaciones similares contra personas blancas, lo que, según ellos, demuestra una discriminación racial en el proceso.
En un documento presentado ante el tribunal, los abogados de Combs pidieron específicamente que se desestimara el cargo relacionado con el transporte de personas para ejercer la prostitución. Argumentan que esta acusación es parte de un proceso selectivo e injusto en su contra.
La defensa de Combs sostiene que el cargo de transportar trabajadores sexuales entre estados con fines de prostitución, violando la Ley Mann, es un claro ejemplo de racismo en su contra. Aseguran que esta ley, que originalmente se creó para combatir la trata de personas blancas, ha sido históricamente utilizada para perseguir a hombres negros.
Los abogados subrayan que la Ley Mann tiene un origen racista, diseñada para proteger a mujeres blancas de los hombres negros. Además, señalan que el uso de trabajadores sexuales es una práctica comúnmente aceptada en la cultura estadounidense actual, lo que, según ellos, hace injusta la acusación contra Combs.
El equipo de defensa también destaca que este caso refleja una tendencia en la que la ley se utiliza de manera discriminatoria contra figuras prominentes negras. Insisten en que la acusación carece de fundamentos sólidos y está impregnada de prejuicios raciales.
Según los abogados de Combs, el caso criminal iniciado por el gobierno de EE. UU. se basa principalmente en acusaciones de que Combs y dos de sus exnovias habrían tenido relaciones sexuales con un prostituto. Sin embargo, su defensa considera que estas alegaciones no son suficientes para justificar los cargos federales que enfrenta.
Además, la defensa acusa al gobierno de filtrar información falsa y perjudicial a los medios de comunicación. También critican el uso de tácticas agresivas durante el allanamiento de la casa de Combs, incluyendo el uso de fuerza militar y el trato violento hacia sus hijos, lo que interpretan como un indicio de mala fe y animadversión racial.
Diddy, de 55 años, enfrentará un juicio el próximo 5 de mayo por cargos federales que incluyen crimen organizado, tráfico sexual y transporte con fines de prostitución. Combs se ha declarado no culpable de los cargos y, en los últimos meses, ha sido objeto de varias denuncias de abusos.
